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Su descubrimiento se remonta a los primeros días del siglo XX. Fueron tres amigos, naturales de Don Benito, que se encontraban cazando en el cerro de Martín Pérez. Según parece, uno de los tres cazadores se quedó sin munición y buscó como sucedáneo unos granos negros de metal que encontró en el suelo, con ellos continuó suministrando su vieja escopeta de avancarga e incluso parece que le dio resultado. Cuando llegaron a Don Benito y mostraron este sustituto al plomo municionante a unos amigos, estos comprendieron, enseguida, que se trataba de un elemento metálico.
Realizaron las posteriores investigaciones y se encontraron con el descubrimiento de una mina de wolframio (también llamado wolframita y wolframina, difieren en la composición química, la wolframita es un mineral de wolframio, manganeso y hierro (Fe Mn) WO4 (tetraóxido de tungsteno) y presenta un color oscuro y la wolframina es un trióxido de tungsteno (WO)3 y presenta un color amarillo verdoso) que, a tenor de la abundancia mostrada en la misma superficie, era de considerable importancia. Dieron los pasos para una concesión oficial de los permisos de explotación de las correspondientes pertenencia. Por supuesto, el bautizo no pudo ser más adecuado "Mina de los Tres Amigos ". Como ellos desconocían este tipo de actividad, pronto terminaron enajenando sus derechos.
Desde entonces, a lo largo de más de siete décadas aunque no de una forma continuada, han alternado diversas empresas concesionarias y otras explotadoras, hasta que en 1974 cesó totalmente la actividad extractiva. En el decenio de los ochenta hubo conato de puesta en marcha, que luego se redujo a invertir unas subvenciones en el adecuamiento de las instalaciones: una línea eléctrica, inicio de dragado en la charca y reformas y mantenimiento de algunas edificaciones. Cabe destacar los cambios producidos en el nombre a lo largo de estos períodos: "Cerro Barbero" ,"Martín Pérez", "Minas Carpio,S.L", "Minas Sudoeste", "Minas Metalúrgica de la Serena" y el último "Mina de San Nicolás", atribuido por los propietarios Román de Blanes y López Ayala.

Entre todas las épocas de explotación minera debemos destacar tres:

1º.- 1940-1945 (coincidiendo con la Segunda Guerra mundial) . La utilización del wolframio como componente de láminas de Ferro-Tugsten, una aleación destinada a piezas acorazadas, que lo convirtió en un material bélico imprescindible y muy demandado en los paises en guerra . Mientras los aliados disponían de grandes cantidades en China, las dos Américas y las colonias británicas, los alemanes tenían que servirse, entre otros, de los yacimientos españoles. Fue entonces cuando una empresa de nacionalidad alemana afrontó la explotación, a la que hay que atribuir un primer período con las mayores dotaciones técnicas y de racionalidad de medios. Entonces se mostraron unos excelentes lavaderos, molinos y separadoras, se perforaron kilómetros de galerías, dotadas de rieles para vagonetas transportadoras, se construyó un funicular desde la solana de Sierra de Guadámez (Mina el Sastre) hasta el Cerro de Martín Pérez, con una longitud de 2500 metros, construyéndose, así mismo, un poblado para un centenar de familias con: economato, escuelas, casa cuartel ...

Durante esta gestión surgió un fenómeno de marcada influencia para la población de Valle y para la propia mina. El wolframio en el mercado mundial alcanzó precios exohorbitantes y, peculiarmente en la localidad, se le conocía como EL BOLO; con este pintoresco nombre se quería hacer mención al abundante dinero que se ganaba con el mineral. La empresa alemana comenzó a primar, de una forma anárquica, la producción, incitando al abandono de la racional técnica iniciada al principio e interesándose sólo en una extracción rápida, que por supuesto implicaba un mayor riesgo y unas inciertas perspectivas futuras.
Por otro lado surgió un mercado negro, manipulado por grupos ocultos, con indirecta financiación inglesa y con numeroso tentáculos en el pueblo, que compraban clandestinamente la producción, al precio que fuera necesario, con el único fin de que no llegase a las factorías alemanas. Esta actividad corrompió a los empleados de la mina , no sólo mineros, sino también a administradores, guardias civiles... todos se vieron envueltos en esta trama.
Con el triunfo de los aliados cesó la actividad minera , quedando desmanteladas sus instalaciones y malvendidos sus enseres y maquinarias, hasta los propios materiales utilizables de sus edificaciones. Fue en 1945 cuando las escuelas nacionales de nueva creación, ubicadas en los terrenos de las explotaciones mineras, se trasladaron al pueblo , lo que le supuso al Ayuntamiento un gasto de 13.307,55 pta., que debió abonar a Montes de Galicia, S.A que adelantó dicho importe. Para los mineros no pudo ser peor, tanto para los que participaron en el mercado negro como para los que no. Todos quedaron igualados ante tan incierto porvenir y sin cobrar salario alguno y entre ellos se generalizó una canción, que fielmente reflejaba esta sombría situación:
"Mina de Cerro Barbero,
mina de los minerales
te vas quedando sin hombres
por no pagar los jornales ..."

En este año, 1945, la paralización de los trabajos en la mina fue total y el Ayuntamiento con miras a minimizar, en lo posible, el paro que se avecinaba, acuerda intensificar las obras municipales con arreglo de calles y caminos, a cuyo fin recaba en los organismos de la Junta Agrícola Local y Junta de Fomento Pecuario de esta población, la mayor aportación de medios, que unidos a los del municipio, puedan paliar los problemas de paro. Se lleva a efecto los arreglos de caminos y calles ocasionándose unos gastos de 11.909,75 Ptas. en caminos y de 19.791,50 Ptas. en calles. También se intentó la parcelación de la finca de Guadámez, sin resultado alguno.

2ª.- 1949-1953.-Tiene también como contexto un soporte bélico, la Guerra de Corea y la carrera de armamentos, que durante la Guerra Fría emprendieron los dos bloques enfrentados. La gestión de la mina se llevó a cabo, durante la primera fase, por Minas Carpio S.L, (entidad domiciliada en Sevilla y cuya representación era llevada por D. Federico Porredda Rukzio) en la calidad armamentaria, que llegó a dar trabajo, posteriormente, por el propio concesor Román Blanes, con más o menos retribución de formas corruptas y con fraude a la legislación laboral, a unos seiscientos obreros. El mercado negro y las transacciones exteriores a la empresa , no iban destinados como antes , a proporcionar u obstaculizar el abastecimiento de un país determinado, sino que entraba de lleno en actividades fabriles y económicas, proporcionando el lucro a los administradores que para disfrazar sus verdaderas intenciones , e incluso justificar las guías de transporte de mineral transportado a las fundiciones de La Coruña y Medina del Campo, denunciaban minas ficticias en las proximidades de la mina real , en las que realizaban algunos trabajos de calicatas y excavaciones, y luego solo debía esperar la llegada del wolframio. Para ello bastaba con primar la entrega en una cantidad superior a la que daba la empresa extractora. " La Tapadera", "Isabelita", "Dulcinea", "Corea", "Anita", "Minas el Valle" y otras muchas eran tapaderas del mercado negro. En 1953 pararon de forma brusca todos los trabajos , iniciándose, precisamente con ese cese, la diáspora migratoria de Valle de la Serena. Serían los pioneros de este éxodo , treinta trabajadores que marcharon a Navarra - a la Construcción del pantano de Yesa - a los que siguieron numerosos grupos a Bilbao y San Sebastián .

3ª 1969-1974 Fue la última explotación de la mina. Gozó de una tecnología bastante buena, siendo la empresa arrendataria Antonio González de Aguilar y Enrile ( Ingeniero de Minas) propietario de Ecija (Sevilla) que desvió parte de su disponibilidad económica a actividades mineras. Reseñar al margen, que profesaba una grandísima vocación a su profesion y puso gran empeño y esfuerzo durante su vida en la explotacion de los recursos, tanto en Valle de la Serena como en Paymogo (Huelva). Persona con un hondo compromiso social que, durante la crisis económica de los años 70, empeñó y perdió la totalidad de su patrimonio familiar en el mantenimiento, hasta donde pudo, tanto de la actividad minera como de los puestos de trabajo que ésta conllevaba. Este enclave de San Nicolás ofrecía bastante atractivo, no precisamente la extracción de Wolframio sino del resto de los minerales que hace aleación con éste, en particular con la Bismutita, Bismita, Bismuto, Bendantita y otros como, Russelita, Hemimorfita, Hidrocintita y Aguamarinas.
Como el móvil de las anteriores, se centraba sólo en el interés bélico , se despreciaron todos estos componentes, que se encontraban en su integridad en las escombreras. Se comenzó por construir un lavadero en la cúspide de la mina con una pista de acceso para vehículos y tuberías de elevación de agua con potentes motores desde la charca. Miles de toneladas se removieron para sacar de sus entrañas cualquier mineral que tuviera valor económico. La explotación avanzó más y se entibó la galería nº 4 para trabajar en sus pozos , pero ya se puso de manifiesto que los malos sistemas extractivos anteriores y las exigencias laborales de la época moderna, restaba toda la posibles rentabilidad y en el año 1974 se cerró definitivamente.
Hay que destacar de este periodo, que el número de trabajadores se redujo, debido a la alta tecnificación, a unos 30-40. La mayoría de ellos procedentes de las localidades andaluzas de Montoro y Cardeña. Hoy, estas minas están totalmente paralizadas y, lo que es peor, sin ofrecer perspectivas de una reanudación compensatoria. Se han realizado estudios, por técnicos japoneses, que han desviado a lo irrentable toda aventura de explotación extractiva, a pesar de haberse encontrado algún que otro Topacio.
Añadir, que se permitían los contratos de subarrendamiento. Así, Minas Carpio, S.L, era arrendataria del denominado "Coto Minero San Nicolás", que tenía suscrito con la empresa "MINERO METALURGICA DE LA SERENA, S.A, que expresamente le facultaba para ceder en subarriendo la totalidad o parte de los filones de mineral de wolframio, que se encuentra en dicho coto minero, a otra persona o entidad. De dicho subarriendo MINAS CARPIO, S.L, cobraba el 50% de mineral de wolframio extraido, con la condición, que tenía que estar compuesto con un mínimo de 60% de WO3 y en las debidas condiciones de limpieza. Igualmente el subarrendatario se obligaba a la explotación continua del filón y si se producía interrupción en los trabajos era causa suficiente para que MINAS CARPIO, S.L considerase roto el compromiso de contrato, sin previo aviso y sin tener que abonar indemnización alguna.

Me comentó un profesor que tuve, D. Carlos Cayuela, de Ciencias Naturales, que era tal la demanda de mineral solicitada por los alemanes, que, a veces, se tenían que derrumbar viviendas para obtener el mineral que había en las piedras que conformaban las paredes. Así mismo, sino era la primera, fue una de las primeras minas que proporcionó mineral a los alemanes para el blindaje de sus tanques y acorazados, convirtiéndose en la mina más importante, no sólo de España sino también de Europa, en la extracción de mineral de wolframio.

Fotos minerales extraidos

Plano de localización
 

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(Fuentes:Diego Godoy Vances. Familiar de D. Antonio González de Aguilar. Datos ampliados y corregidos).